Juan 12:20-26 Reina Valera Actualizada
20 Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. 21 Ellos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaban diciendo: —Señor, quisiéramos ver a Jesús. 22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés. Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. 23 Y Jesús les respondió diciendo: —Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24 De cierto, de cierto les digo que a menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida la pierde; pero el que odia su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.
¡Qué gran petición es esta!, ¿no les parece? Y esta petición deja en evidencia el gran deseo del corazón: ¡Ver a Jesús! ¡Cuánto quisiera yo que hubiera este mismo deseo el día de hoy, ¿y usted? Durante el ministerio del Señor Jesús, mucha gente tenía este deseo, ¡y hacía todo lo posible por cumplirlo! Tenemos textos bíblicos que así lo demostraban:
Lucas 19:1-4 Reina-Valera 1960
19 Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. 2 Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, 3 procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. 4 Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
Mateo 14:13 Reina-Valera 1960
13 Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades.
Lucas 5:1 Reina-Valera 1960
5 … estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios.
Hasta Herodes quería ver a Jesús, aunque por los motivos equivocados:
Lucas 23:8 Reina Valera Actualizada
8 Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho porque hacía mucho tiempo que deseaba verle, pues había oído muchas cosas de él y tenía esperanzas de que lo vería hacer algún milagro.
Si una persona en este tiempo, quiere ver a Jesús, si lo busca, y viene a la iglesia, ¡es un verdadero milagro! ¿Por qué no pasa hoy, lo que pasaba cuando Jesús trabajaba en su ministerio terrenal? ¿Por qué tenemos que hacer cosas, para que la gente no cristiana (y cristiana, también) se interese por lo cristiano? ¡Intentemos contestar ambas preguntas! Pongamos atención en los textos 23 al 26:
23 Y Jesús les respondió diciendo: —Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24 De cierto, de cierto les digo que a menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida la pierde; pero el que odia su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.
I.- El sacrificio cristiano, ¡llama la atención!
En la perspectiva del Reino de Dios, «glorificado» significa: «sacrificado». Jesús dice a sus discípulos Andrés y Felipe:
«—Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado».
La gloria terrenal es una constante tentación para todos(as), pero en la perspectiva de Jesús, «gloria» significa lo opuesto a «alabanza», «enaltecimiento», «aclamación», «aplauso», «encomio», «ensalzamiento». En el pensamiento de Jesús, «gloria» es «sacrificio». Y El lo explica muy bien:
24 De cierto, de cierto les digo que a menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida la pierde; pero el que odia su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
Jesús está dispuesto y disponible siempre, para el sacrificio por las personas, desde que puso sus pies en este mundo: en su nacimiento, El se sacrificó (Lucas 2:7 Reina-Valera 1960): «Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón»; en su bautismo, El se sacrificó, a tal punto que Juan le tuvo que decir: (Mateo 3:14 Reina-Valera 1960): «Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?»; en su ministerio, El se sacrificó (Mateo 8:20 Reina-Valera 1960): «Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza»; y en su muerte, ¡El se sacrificó!:
Filipenses 2:5-8 (Reina Valera Actualizada)
5 Haya en ustedes esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús: 6 Existiendo en forma de Dios, él no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse; 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres; 8 y, hallándose en condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!
El apóstol Pablo tuvo la misma perspectiva de Cristo, en relación con su vida de creyente y su ministerio, su mayor gloria fue el sacrificio; cuando estuvo próximo a morir, el expresó:
2 Timoteo 4:5-7 Reina-Valera 1960
5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. 6 Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. 7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
¿Cuál es, entonces, la gloria de la vida cristiana?: ¡El sacrificio (que incluye la muerte, pero muerte constante, no solo final)! ¡El sacrificio cristiano llama la atención! ¿Por qué los griegos y muchos otros y otras, quisieron ver a Jesús?: porque la vida, ministerio y muerte de Jesús, fue un sacrificio constante por ellos; ¡por eso, muchas personas quisieron verlo y venir a El!, ¡y por eso hicieron todo lo posible por cumplir este deseo!
¿Por qué no pasa hoy, loque pasaba cuando Jesús trabajaba en su ministerio terrenal? ¿Por qué tenemos que hacer cosas, para que la gente no cristiana (y cristiana, también) se interese por lo cristiano?: ¡Porque, seguramente, nos falta sacrificio cristiano constante!
II.- El servicio cristiano, ¡llama la atención!
Por el contrario, si el mundo comprueba que la gloria de la iglesia es el sacrificio por las personas, y no la comodidad ni la conveniencia ni la indiferencia, hay grandes posibilidades de que las personas quieran ver y venir a Jesús, y a la iglesia.
Jesús dice a sus discípulos:
26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.
Jesús es servidor (diakonos) por excelencia, ¡El es el Siervo de Dios! El profeta Isaías dice de El:
Isaías 42:1 Reina-Valera 1960
42 He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.
Durante su ministerio, Jesús, perdonó pecados (dio salvación) con ternura, predicó con fidelidad el carácter de Dios (Jesús es la otra manera de ser Dios, diferente de la manera inventada por los religiosos de su época), enseñó «como quien tiene autoridad», sanó, defendió con celo justo, restauró, reorientó (por ej., a Zaqueo, a la mujer samaritana), etc. Todo el quehacer de Jesús, fue y es servir. Este es su trabajo, el mismo trabajo del Padre. Después de sanar al paralítico en el estanque de Betesda, Jesús dijo: (Juan 5:17 Reina-Valera 1960): «Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo».
Ahora, los «cristos pequeños» (cristianos) somos nosotros. «Servimos a Cristo», cuando prestamos la atención debida a Dios y a las personas, como Cristo lo hizo y hace: El objeto del verdadero servicio es Dios y las personas. Jesús dice que este servicio es el primero y el segundo mandamiento:
Mateo 22:36-40 Reina-Valera 1960
36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Además:
- Servir a Cristo es seguir a Cristo, v. 26.
- Servir a Cristo es servirle donde Él Está. ¿Dónde está Cristo, ahora? ¡En el cielo!, ahí, le serviremos; ¡aquí!, ¡aquí le servimos! Pero, ¿dónde más está Cristo, según Mt. 25:35-40?
- En el hambre: Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber.
- En la situación de calle, «fui forastero, y me recibieron»; «estuve desnudo, y me vistieron».
- En la enfermedad, «enfermo, y me visitaron».
- En la condena social, «estuve en la cárcel, y vinieron a mí».
El servicio a Cristo, Dios lo recompensa con «honra». Jesús dice: «Si alguno me sirve, el Padre le honrará».
Entonces, ¿por qué no pasa hoy, loque pasaba cuando Jesús trabajaba en su ministerio terrenal? ¿Por qué tenemos que hacer cosas, para que la gente no cristiana (y cristiana, también) se interese por lo cristiano?: ¡Porque, seguramente, nos falta servicio cristiano constante!
Si el mundo comprueba que la gloria de la iglesia es el servicio fiel y desinteresado a las personas, y no la comodidad ni la conveniencia ni la indiferencia, hay grandes posibilidades de que las personas quieran ver y venir a Jesús, y a la iglesia.
Pidamos al Señor en oración, y hagamos con nuestros hechos, que las personas «quieran ver a Jesús, venir a El, y venir a la iglesia. El sacrificio y el servicio son nuestra mayor gloria en esta tierra, si somos, de verdad, discípulos de Cristo. ¡Cumplamos nuestro ministerio!